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Defendamos a los DREAMers y a todos los inmigrantes

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Atacar a los inmigrantes ha sido una parte central de la campaña electoral de Trump y una seña de identidad de su administración. A raíz de su investidura, miles de millones de personas han iniciado una lucha para defender ciudades y colegios “santuario” (donde no se persigue a inmigrantes sin papeles y la llamada “MuslimBan” (orden de restricciones migratorias)que se ha enfrentado a una masiva oposición y protestas. Ahora, Trump amenaza con rescindir el programa DACA mediante medidas ejecutivas para que entre en vigor el 5 de marzo si el Congreso no actúa. Es uno de sus ataques más violentos. 800.000 jóvenes inmigrantes están en riesgo de perder sus trabajos, becas y servicios sanitarios además dela posibilidad de ser deportados.

Para cientos de miles de inmigrantes del Caribe y Centroamérica en régimen de protección temporal (TPS en inglés), muchos de los cuales huyen de la violencia y la pobreza causada por el imperialismo estadounidense, la fecha de vencimiento de su estatus de protección se acerca rápidamente. Trump parece feliz con la idea de dejarlos expirar, pero lo cierto es que el programa de Trump ya se ha echado atrás anteriormente. Con masivas movilizaciones de inmigrantes,trabajadores y jóvenes – unidos en defensa de los inmigrantes y contra Trump – el programa DACA puede salvarse y el estado TPS puede alargarse.

Trump bajo la presión de ambos lados

El anuncio de Trump el 5 de septiembre sobre el fin del régimen DACA ha estado seguido de muchos giros e imprevistos. El 13 de septiembre, se conoció la noticia de que Nancy Pelosi y Chuck Schumer, los máximos dirigentes del partido demócrata en la cámara y el senado,habían llegado a un acuerdo con Trump para restaurar la protección DACA a cambio de reforzar la “seguridad fronteriza”.

Los grupos anti- inmigrantes y republicanos de extrema derecha estaban furiosos. En el principal titular sobre Steve Bannon en el periódico Breitbart se leía “don de amnistía,” y el representante republicano Steve King tuiteó que si los informes del acuerdo fueran ciertos, “Las bases de Trump volarían por los aires, destruidas, irreparables, desilusionadas y sin posibilidad de reparación.” Trump cedió a la presión y en un intento de apaciguar a la sección anti-inmigrante de su base, declaró nuevas demandas en relación con el acuerdo. Para restaurar las protecciones que ofrece la DACA exigía financiación para el infame muro, 10,000 nuevos agentes de inmigración así como cortar las subvenciones generales a las “ciudades santuario.”

 

Sin embargo, el partido republicano sigue muy dividido y figuras como Paul Ryan no quieren entrar en las elecciones de mitad de mandato en 2018 en medio de una ola de protestas que desencadenaría eliminar la ley DACA. Hace tres semanas en un meeting privado de los republicanos, Paul Ryan, afirmó que planea incluir la DACA en los planes de gasto de fin de año. Sin embargo, Trump ha dicho repetidas veces que esto no sucederá.

Ahora 24 senadores demócratas y Bernie Sanders amenazan con retener su voto para el proyecto de ley de diciembre si no se incluye una solución para la DACA. Si cada demócrata hace esto, puede darse un cierre de administración y presionar a Trump y a los republicanos a ceder. Pero no podemos simplemente esperar a que tomen esta decisión, tenemos que forzarles a hacerlo.

Resistencia de masas, no un acuerdo corrupto

Desde Socialist Alternative y los grupos de los derechos de los inmigrantes más a la izquierda hemos peleado contra un acuerdo hecho a expensas de más represión para los inmigrantes. Con el partido republicano profundamente dividido y el aplastante apoyo del pueblo, un movimiento de masas que presione a la clase dirigente republicana ofrece más garantías que confiar en los acuerdos a puerta cerrada de los demócratas donde las masas no tienen nada que decir.

La inmensa mayoría de las personas apoya mantener la DACA tal y como está, incluidos un 69% de los republicanos. El 84% de los demócratas apoyan mantener la DACA a pesar de que Pelosi y Schumer insisten en limitar su estrategia a hacer acuerdos a puerta cerrada en vez de movilizar a millones de personas. En 2006, manifestaciones masivas de más de un millón de personas por todo el país paralizaron el agresivo proyecto de ley anti-inmigrantes de Sensenbrenner que, de haberse aprobado, habría sido la ola más grande de deportaciones hasta la fecha. Más recientemente, tras el mitin de los supremacistas blancos y el ataque terrorista en Charlottesville, 67 mitings de extrema derecha fueron cancelados tras una marcha de 40.000 personas en Boston. Es cuando las masas se implican cuando las cosas se consiguen.

La verdad es que desafortunadamente no podemos contar con el Partido Demócrata para luchar por los derechos de los inmigrantes. En la última década, los demócratas en el Congreso no han hecho progresos en la reforma de inmigración. Ni siquiera pudieron aprobar la ley DREAM cuando controlaban ambas Cámaras del Congreso entre 2008 y 2010 y por eso Obama tuvo que aprobar la ley DACA por orden ejecutiva. Esto ha permitido que Trump revoque rápidamente la DACA por orden ejecutiva también. Si la DACA se hubiese aprobado por la vía legislativa, tendría que haber sido revocada legislativamente. Esto habría forzado un proceso más largo, como el de “Trumpcare”, dándole tiempo al movimiento de prevenir la revocación antes incluso de producirse.

El Congreso ha conseguido sin embargo incrementar masivamente la represión y fortalecer la máquina deportadora. Entre 1992 y 2009 presupuesto anual de la patrulla fronteriza de Estados Unidos aumentó en más del 700%, de 362 millones a 2,7 billones de dólares.El presupuesto de ICE casi se ha doblado desde su nacimiento en 2002.Y por supuesto, muchos más inmigrantes fueron deportados con Obama que con ningún otro presidente de la historia de los Estados Unidos.

Si estos líderes demócratas fueran decentes, estarían atacando a Trump y a los republicanos desde todos los ángulos. Estarían movilizando las millones de personas que apoyan la DACA y organizando y construyendo movilizaciones pacíficas de masas para mostrar nuestra fuerza. Ayudarían a reactivar los cientos de grupos que se formaron para defender las ciudades y universidades santuario después de la elección de Trump. A diferencia del intento de acuerdo de Schumer y Pelosi que protege a algunos inmigrantes y deja otros en la estacada, los demócratas demandarían el pleno derecho a la ciudadanía de todos los inmigrantes sin papeles.

 

No al “divide y vencerás”

Durante siglos, la élite capitalista ha utilizado inmigración para explotar salvajemente a una sección de los trabajadores “menos merecedores”, dividir a las clases trabajadoras y bajar los salarios a toda la clase trabajadora. Hoy en Estados Unidos, 1 de cada 5 trabajadores que trabajan en la industria manufacturera son inmigrantes. Más de 1 de cada 3 trabajadores textiles son inmigrantes y 1 de cada 4 trabajadores de la construcción son inmigrantes.

La derecha trata de enfrentar a los trabajadores nativos contra los inmigrantes diciendo que les quitan sus trabajos. Pero, ¿qué ha causado la ola más grande de pérdidas de empleo en los últimos tiempos? La recesión de 2008 que terminó con la pérdida de 8,8 millones de trabajos. Esto no tuvo nada que ver con los inmigrantes, tuvo que ver con el comportamiento temerario y codicioso de los capitalistas de Wall Street y su inestable sistema.

Los medios de la derecha construyen esta falsa narrativa para tratar de evitar que los trabajadores inmigrantes y nativos se unan contra nuestro enemigo común– los jefes y capitalistas del divide y vencerás. Desde Socialist Alternative defendemos que todos los inmigrantes sin papeles deben tener garantizado el pleno derecho a la ciudadanía. La máquina deportadora debe ser destruida y destinar todos esos recursos económicos para programas laborales y servicios sociales.

Los trabajadores inmigrantes también deben votar y tener los derechos democráticos en el país que ayudan a construir.Sin embargo, no es posible tener una democracia política real sin una democracia económica. Todos los trabajadores, sin importar su nacionalidad, deberían tener garantizado una remuneración de al menos 15 dólares la hora y tener voz en cómo sus industrias y nuestra economía global se rige, incluyendo la producción y la distribución. Nacionalizando las 500 empresas más grandes esto podría materializarse.Pero nada de esto surgirá del Partido Demócrata sino del movimiento de masas.

Si los republicanos logran acabar con la DACA, será un duro golpe para el movimiento de los derechos de los inmigrantes y todo el movimiento contra Trump y los republicanos. Esto muestra la necesidad de que los sindicatos, las organizaciones de los derechos humanos, Bernie Sanders y los grupos de derechos de los inmigrantes más destacados (como Cosecha) de llamar inmediatamente a manifestaciones de masas en las ciudades de todo el país para defender la DACA junto con un mensaje más amplio para derrotar a Trump y echarle del gobierno.

 

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