El movimiento Ocuppy ICE obliga al alcalde de Filadelfia a dejar de colaborar con ICE

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La tarde del 2 de julio la entrada de la oficina del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU) en el barrio de Chinatown de Filadelfia fue bloqueada por el movimiento Ocuppy ICE PHL, una coalición de fuerzas de izquierda que luchan contra la cruel política migratoria de Trump. Esta acción estuvo inspirada en la valiente ocupación que se llevo adelante anteriormente en Portland, planteándose reivindicaciones fruto de discusiones con diversas organizaciones de inmigrantes: acabar con el contrato de PARS (acuerdo de intercambio de información entre el Ayuntamiento de la ciudad y el ICE de cara a perseguir a los inmigrantes ilegales), cerra el centro de detención familiar Berks, y abolir en ultima instancia el propio ICE. Este bloqueo se vio reforzado por el clamor social surgido en todo el país contra la cruel política de Trump de separación de familias, con mítines unos días antes de miles de personas. En una semana esta ocupación se convirtió en tema de conversación en toda la ciudad.

Mediante una desobediencia civil no violenta y una respuesta flexible frente a las provocaciones policiales fuimos capaces de mantener el bloqueo durante la primera noche. La tarde siguiente finalmente se produjeron arrestos masivos, a plena luz del día, ante los medios de comunicación y en presencia de diversos políticos locales. Se organizó el apoyo a los detenidos y llegaron donaciones espontáneas para su garantizar su defensa legal. En vez de desmoralizarnos por la represión, organizamos una “fiesta del bloque alternativo” el 4 de julio [día de la independencia nacional] y acampamos frente a la oficina del ICE, retomando así la calle y manteniendo el foco informativo sobre nuestra protesta. Finalmente el 5 de julio, y bajo presión del Departamento de Seguridad Nacional, la policía de Filadelfia desolojó brutalmente el campamento. Ante esta actuación, dimos una rueda de prensa que contó con un amplio abanico de oradores en apoyo de la lucha, mientras la policía tiraba a la basura comida, agua y objetos personales de los activistas que participaron en la ocupación. La noche del 5 de julio finalmente el campamento fue rápidamente restablecido, esta vez frente al ayuntamiento, de cara a mantener la presión sobre el alcalde.

El alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, se ha reivindicado como parte de la “resistencia” demócrata frente la presidencia de Trump, y ha proclamado Filadelfia como “ciudad santuario” para los inmigrantes sin papeles. Sin embargo, firmó el programa de intercambio de datos PARS y, efectivamente, colaboró con el ICE en la detención y deportación de numerosos inmigrantes. El actual contrato PARS se acababa el 31 de agosto siendo necesario para su renovación la firmar de dos o tres funcionarios municipales, el alcalde, el fiscal del distrito y un juez. Larry Krasner, fiscal del distrito, se comprometió a no firmarlo, dejando así en el alcalde la decisión final de hacerlo.

 

En una semana el Ayuntamiento concertó distintas reuniones con funcionarios del ICE, representantes de las dos principales organizaciones de inmigrantes y activistas del campamento Ocuppy ICE. El ICE admitió que la información de PARS podría utilizarse incluso para deportar testigos y víctimas de crímenes, y no solo a los autores de los mismos. Esta confesión, junto a una cobertura mediática positiva fruto de la lucha y junto al escándalo de los “niños enjaulados” por Trump, obligó a Kenney a anunciar el 27 de julio que no renovaría el contrato. El movimiento le acorraló obligándole a cumplir con su promesa de convertir Filadelfia en una “ciudad santuario”.

El 4 de agosto la “marcha para acabar con el PARS” fue rápidamente reorinetada convirtiéndose en una celebración de esta rotunda victoria. Allí se denunció sin embargo el silencio mantenido por el alcalde respecto al centro de detención familiar Berks como parte de la colaboración aún mantenida con el ICE.

Los miembros de Socialist Alternative ayudamos a aportar una dirección política y organizativa en todo momento. Ayudamos a impulsar y organizar mítines masivos, acciones directas, marchas y la propia logística de las acciones, pasando la noche en el campamento y siendo también arrestados en su desalojo. Insistimos mucho en una idea que creemos fundamental, buscar la solidaridad con la lucha de los inmigrantes del conjunto de la población dirigiéndonos a sindicatos, organizaciones vecinales, organizaciones estudiantiles y grupos religiosos. Defendimos realizar una campaña ascendente, con acciones masivas cada vez más amplias, en las que los inmigrantes indocumentados no se arriesgasen a ser detenidos y deportados. Planteamos la necesidad de dotarse de una dirección eficaz y democrática.

El contrato de PARS finalizó el pasado 31 de agosto, pero Filadelfia no es todavía una verdadera “ciudad santuario”. Necesitamos construir solidaridad entre los trabajadores nativos y los trabajadores inmigrantes, documentados o indocumentados, para evitar que se utilice a estos últimos de cara impulsar a la baja los salarios. Necesitamos también acabar con la redadas racistas para que los trabajadores puedan caminar por sus barrios sin miedo a sufrir acoso por parte de policías racistas. Necesitamos que se construyan viviendas asequibles, la rehabilitación y reforma de nuestras deterioradas infraestructuras sociales, que se financien adecuadamente nuestras escuelas, y un salario mínimo en la ciudad de 15 dólares la hora. Para ello, necesitamos aprobar nuevos impuestos a los ricos de cara a poder crear una verdadera “ciudad santuario” de las y los trabajadores independientemente de su situación legal.

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