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¿Cualquiera menos Bush?— — La opción por Nader en 2004

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Traducido por Patricio Guzmán, Chile

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Desde que George Bush asumió el cargo, ha pasado brutalmente sobre cualquiera que se interponga en su camino para ayudar a sus acaudalados amigos a hacerse todavía más ricos.

La corrupta administración de Bush explotó la tragedia del 11 de Septiembre para lanzar dos guerras de expansión de la dominación imperial de EE.UU. lo que solo ha incrementado nuestras posibilidades de ser objeto del terrorismo. Un informe del 13 de Agosto de la Oficina de Presupuesto del Congreso confirmó que los recortes de impuestos de US$1.7 trillón de dólares beneficiaron sobretodo al 1% más rico de la población. Bus ha atacado agresivamente a los sindicatos, los derechos reproductivos de las mujeres, los matrimonios del mismo sexo, las libertades civiles (especialmente de los musulmanes norteamericanos), y las regulaciones medioambientales.

Hace cuatro años Bush tenía tras sí a millones de norteamericanos que ahora están deseosos de votar por cualquiera excepto Bush, cualquiera que tenga las mejores opciones de derrotarlo.

Desafortunadamente, sin embargo, el candidato Demócrata, John Kerry, no es una real alternativa. Muchos estarán sorprendidos de descubrir que Kerry, de hecho, votó por muchas de las políticas de Bush como Senador por Massachusetts.

Kerry votó por la guerra de Bush en Irak, el “Patriot Act” (Legislación Patriota), “No Child Left Behind” (No dejar atrás ningún niño),” y la guerra en Afganistán. El 23 de Junio, 2004, votó para aumentar el presupuesto del Pentágono en US$447 billones para continuar la ocupación colonial de Bus de Afganistán e Irak.

Al igual que Bush, Kerry promete disminuir las tasas impositivas a las grandes corporaciones y apoya firmemente los “tratados de libre comercio”. Votó a favor del TLCAN (NAFTA) y la OMC (Organización Mundial del Comercio), acelerando la exportación de trabajos decentes de los EE.UU. y aumentando las fabricas de sobre explotación y la polución en México y otros países semi coloniales. Kerry también apoya el muro de ‘apartheid’ del primer ministro Sharon que está apropiándose de más tierra Palestina todavía, nuevamente, igual que Bush.

Por supuesto, existen diferencias entre los partidos Demócrata y Republicano, pero lo que sobresale, especialmente en este año de competencia presidencial, son sus similitudes no sus diferencias.

Sobre los derechos reproductivos de las mujeres, donde Kerry y Bus tienen diferencias, Kerry sostiene que él cree que la vida comienza con la concepción y que nombraría jueces contrarios al derecho de elección a las cortes federales.

De manera similar, Kerry se opone a la propuesta intolerante de Bush de inscribir la discriminación en la Constitución y prohibir el matrimonio de personas del mismo sexo. Pero Kerry apoya las uniones civiles antes que el matrimonio, un compromiso vergonzante que otorga a las personas homosexuales bastante menos derechos y beneficios. El también es partidario de dejar que cada estado decida si discriminar o no contra el derecho de los homosexuales a contraer matrimonio y ¡en su propio estado apoyó una enmienda constitucional para prohibirlo! Lo único que Kerry tiene propio es simplemente que él no es George Bush.

El problema con la estrategia de “cualquiera excepto Bush”, sin embargo, es que da un cheque en blanco a John Kerry y a los Demócratas para hacer cualquier cosa que quieran. La elección de Kerry cambiará la cara de la Casa Blanca, pero no alterará fundamentalmente la política de la Casa Blanca.

Dos partidos, Una agenda
La cantidad de dinero corporativo que fluye a los cofres de los dos partidos, a veces de la misma empresa, dice mucho acerca de porqué los dos partidos comparten la misma agenda corporativa básica. La campaña de Bush se fijó una meta de recolección de fondos record de US$240 millones, pero la campaña de Kerry también pretende un desafío record, yendo a la zaga de Bus ¡por sólo US$ 6 millones! En la cima de esto, el Comité Nacional Republicano ha recaudado US$ 245 millones, y el Comité Nacional Demócrata ha juntado US$156 millones (New York Times, 21/8/04).

Las discusiones entre políticos Republicanos y Demócratas generalmente son sobre diferentes estrategias para llevar adelante la misma agenda en favor de las grandes empresas. John Kerry, por ejemplo, puede enmascarar sus políticas corporativas con un poco más de lustre que el obtuso gabinete neo-conservador de Bush que consiguió implementar su programa corporativo de derechas no debido a que la mayoría de los norteamericanos promedio le apoyen con entusiasmo. Por el contrario, encuesta tras encuesta muestra que la mayoría de los norteamericanos se oponen a las políticas de Bus. La clave de porqué Bush ha sido capaz de adelantar su agenda impopular es la activa colusión de los Demócratas en el Congreso, incluido el Senador John Kerry.

Casi todos los Demócratas en el Congreso votaron para “apoyar al presidente” en la guerra contra el terrorismo, dando a Bush una mano libre para lanzar la guerra contra Irak. Cada Demócrata en el Senado voto para incrementar el presupuesto del Pentágono a US447 billones. 193 de los 260 Demócratas votaron en favor del “Patriot Act”. Todos excepto un Demócrata votaron en favor de la guerra contra Afganistán.

La mayoría de los Demócratas apoyaron el recorte de impuestos de Bush y al “No Child Left Behind,” y 16 Senadores Demócratas, incluyendo al Senador Demócrata líder Tom Daschle, votaron a favor del proyecto de Bus eufemísticamente llamado Prohibición Parcial del Aborto.

Ya que la mayoría del país se opone a la política de Bush y su ‘rating’ de aprobación es el más bajo que hemos visto desde que recibió la presidencia, se podría pensar que el candidato Demócrata estaría derrotando a este bufón charlatán. La carrera ha permanecido cerrada, debido a que los electores no pueden sentirse entusiasmados por la campaña de Kerry, de “yo-también” calcada en que ha tratado de sobrepasar la imagen conservativa militarista de Bush. Kerry también está profundamente comprometido al representar al desacreditado Partido Demócrata con su larga historia de promesas rotas.

Cuarenta por ciento de los norteamericanos quieren que EE.UU. se retiren de Irak. 73% cree que las corporaciones tienen mucho poder; y 80% quiere atención de salud universal, sin embargo estos puntos de vista de la mayoría de la población no están siendo representadas por ninguno de los dos principales candidatos presidenciales.

El desafío de Ralph Nader
Pero, hay un candidato este año que está hablando por los millones de trabajadores arrojados fuera del sistema político, Ralph Nader. Compitiendo como independiente, Nader está exigiendo la retirada completa de las tropas de EE.UU. y de las Corporaciones de Irak, denunciando duramente el crimen corporativo, y el sistema nacional de salud.

Él declara que está compitiendo porque “la masiva concentración de poder, privilegios, riqueza, tecnología e inmunidad las han colocado a las corporaciones y su brutal actuación en la búsqueda global de las máximas utilidades como un obstáculo en el camino del progreso, la justicia, y las oportunidades para los millones de trabajadores que han hecho posibles estos beneficios corporativos pero son excluidos y desechables.

Nader también quiere abolir la racista pena de muerte, y la Guerra contra las Drogas, implementar fuertes medidas proteccionistas del medio ambiente, y poner fin al apoyo de EE.UU. a la ocupación de Israel a Palestina.

Mucha gente preferiría decididamente a Nader sobre Kerry, pero dicen que como Nader no tiene posibilidades de ganar. Votar por Nader probablemente favorecería la reelección de Bush, Así que ¿No sería mejor votar por el Demócrata, el mal menor?

El Partido Demócrata siempre ha reclamado créditos por aprobar leyes de protección de los Derechos Civiles, de trabajadores, y del medioambiente, pero esas conquistas fueron obtenidas solamente gracias a las luchas de la gente común.

Por ejemplo, bajo Richard Nixon, un Republicano conservador, obtuvimos el derecho de aborto, el fin de la guerra de Vietnam, la Agencia de Protección Medioambiental, las normas de seguridad en el trabajo, la ampliación de los beneficios de bienestar social, grandes aumentos en los programas de Acción Afirmativa, y mucho más. Por supuesto Nixon no implementó programas tan progresivos por la amabilidad de su corazón. La revuelta negra, el movimiento contra la guerra, las huelgas salvajes, y el movimiento de liberación de la mujer lo forzaron a aprobar esas reformas para evitar un desafío revolucionario al sistema capitalista.

El Demócrata Liberal Bill Clinton, por otra parte, administró las sanciones económicas genocidas contra Irak, cortó dramáticamente los fondos sociales del EPA, y atacó la Acción Afirmativa. Nuevamente, esto no fue porque Clinton fuera más malvado que Nixon sinó porque los líderes de los movimientos progresistas fracasaron en organizar una respuesta efectiva que podría complicar a su “aliado” en la Casa Blanca.

La única manera de forzar a las corporaciones dirigidas al objetivo del lucro y a sus dos partidos a aceptar las exigencias de los trabajadores y de los oprimidos es organizando nuestros propios movimientos independientes y fuertes. Cualquier voto para Kerry, sin embargo, enviará al Partido Demócrata el mensaje que pueden seguir adelante con políticas al estilo de los Republicanos. Mientras más fuerte sean nuestras protestas masivas desde abajo y más los votos de protesta en favor de Nader, más podremos presionar a cualquier servidor de las corporaciones que sea electo, y más reformas ganaremos.

¿Más influencia con Kerry?
Muchos prominentes progresistas, tales como Michael Moore, Noam Chomsky, y Howard Zinn, están de acuerdo con la importancia de fortalecer los movimientos progresistas pero aún así llaman a la gente a votar por Kerry, especialmente en estado campo de batalla electorales donde la competencia es cerrada. Ellos concuerdan en lo patéticamente similares que son las políticas de Kerry y de Bush pero sostienen que los movimientos progresistas tendrán más influencia con Kerry que con Bush

¿Pero que influencia tuvieron los movimientos sociales sobre el ultimo presidente sh:Demócrata, Bill Clinton?

¿Recuerdan la promesa de Clinton de proveer atención universal de salud? Bien, el número de no asegurados subió de 36 a 45 millones durante los ocho años de Clinton en el cargo.

Clinton rompió su promesa al movimiento de derechos homosexuales sobre los gays en las Fuerzas Armadas, y dejó de lado al movimiento de trabajadores en el salario mínimo y la prohibición de reemplazo de huelguistas.

Rompió todas esas promesas aunque los Demócratas controlaban el Congreso y el Senado sus dos primeros años en el cargo.

Clinton fue electo con el apoyo de grupos de los derechos civiles como el NAACP, sin embargo el número de personas en la cárcel casi se duplicó de 1.3 a 2 millones y el número de ejecuciones se triplicó, con efectos devastadores en comunidades de color.

Sin embargo, Clinton cumplió sus promesas a sus amos corporativos, impulsando agresivamente el TLCAN y la “Welfare Reform” (Reforma de Bienestar Social) y presidió durante la más grande polarización de la riqueza desde la Gran Depresión. Clinton también fue electo con ayuda del movimiento de las mujeres prometiendo pasar una Legislación de Libertad de Elección para impedir a los estados la restricción de los derechos de aborto, y derogar la Enmienda Hyde que prohíbe los subsidios médicos federales en los abortos. Clinton no solamente olvidó estas promesas sinó que incluso restringió el derecho al aborto. Prohibió a los seguros de salud de los empleados federales cubrir abortos; prohibió los abortos en los militares en el extranjero; y prohibió el financiamiento federal de abortos de presas.

Mientras los religiosos conservativos hicieron retroceder el acceso al aborto durante los años de Clinton, los líderes liberales de grupos como NOW y NARAL se abstuvieron de llamar a protestas, intentando en vano que el Presidente Clinton saliera en su defensa, permitiendo que los términos del debate sobre el aborto se deslizara en favor de la derecha.

Este año electoral, grupos de derechos homosexuales que se están concentrando en conseguir la elección de Kerry se están refrenando de luchar contra los ataques de Bush contra los derechos de los matrimonies del mismo sexo porque no quieren exponer la fatal posición de Ferry en el asunto

Abiertamente, el representante gay Barney Frank (D-Mass.), por ejemplo, se opuso a los matrimonios gay en San Francisco, argumentando que “el momento no era el adecuado… Cuando tú estas en la verdadera lucha, el punto simbólico de San Francisco se transforma en una diversión.”

Antes que colaborar en la construcción de este movimiento de derechos civiles emergente, Frank y otros grupos gay están concentrando sus energías en “la lucha real” de elegir candidatos que ¡se oponen a sus derechos civiles!

La Central Sindical AFL-CIO está destinando una cantidad de dinero sin precedentes en la elección de Demócratas este año US$160 millones. ¿Y todo este dinero para qué? Para elegir Demócratas controlados por las corporaciones que inevitablemente se darán la vuelta y atacarán las conquistas y salarios de los trabajadores.

El movimiento de trabajadores debería dirigir esos US$160 millones y sus poderosos recursos para movilizar el apoyo a la Marcha del Millón de Trabajadores y por candidatos pro – Trabajadores como Nader. Pero en lugar de ello, los líderes sindicales de la AFL-CIO se están oponiendo activamente a la Marcha del Millón de Trabajadores porque argumentan que marchar a Washington para presionar a los políticos del distrito federal para que adopten una agenda a favor de los trabajadores distrae de la principal prioridad del movimiento de trabajadores, ¡elegir al Corporativo Ferry!

Esto muestra como cualquier apoyo en favor del Partido Demócrata, incluso si pretende limitarse a un simple voto el día de las elecciones, tiende a debilitar a los movimientos sociales, el único medio por el cual los trabajadores y los oprimidos han hecho conquistas reales.

Es tiempo para un nuevo Partido
No tiene sentido que los movimientos progresistas traten de competir con el Partido Demócrata con la América Corporativa por el control del Partido Demócrata. Los trabajadores y activistas necesitan pararse por si mismos y terminar con esta relación abusiva con el Partido Demócrata de una vez para siempre.

El candidato presidencial Dennis Kucinich prometió que el apoyó a él ayudaría a impulsar al Partido Demócrata a la izquierda. Pero cuando apoyó al derechista Kerry en la Convención Nacional del Partido Demócrata, ¿Que compromiso arrancaron sus partidarios de izquierda? Ni un sólo cambio en la plataforma de Kerry. Nada.

De hecho, una encuesta de New York Times/CBS News mostró que sobre el 90% de los delegados a la convención se oponían a la guerra de Irak, sin embargo, los delegados, incluidos los partidarios de Kucinich, apoyaron unánimemente una plataforma pro – guerra, entre gritos, aplausos y ondear de banderas.

Kucinich se rindió a las presiones de los altos líderes del Partido de no levantar siquiera la demanda de traer de vuelta a casa a las tropas inmediatamente en su discurso a la convención. A los delegados se les prohibió llevar signos de paz dentro de la convención, y uno fue arrestado y sacado fuera por desafiar esta orden.

Nos estamos aproximando a los 1.000 norteamericanos muertos en Irak. ¿Cuantos muertos serán necesarios antes que dejemos de apoyar a partido que quieren continuar con esta pesadilla?

Votar por Nader es la mejor opción en esta elección para popularizar la idea de que los trabajadores y oprimidos rompan la trampa de la política de las grandes empresas y construyan su propio partido político independiente. Este paso crucial fortalecerá masivamente nuestro movimiento permitiéndonos un avance sin disculpas de nuestra propia agenda y derrotar la agenda corporativa de los dos mayores partidos.


“Había tantos militares en la convención Demócrata que casi esperé que John Kerry se subiera al estrado y recitara el discurso de guerra de ‘Enrique V’. Así fue como llamo a incrementar el volumen de la Fuerzas Armadas, doblar el tamaño de la Fuerzas Especiales y aplastar a los terroristas. Atacó a Bush por la derecha, y cuando comenzó a atacar a los Sauditas, pensé estar en un gran mitin del equipo editorial de The Weekly Standard (semanario conservativo)”.
– Descripción del comentador conservador de la Convención Nacional Demócrata, David Brooks

“Las diferencias entre los Partidos Republicano y Demócrata, no tratan de ninguna cuestión de principio en la que la clase trabajadora tenga algún interés… cualquier (trabajador) que tenga la inteligencia necesaria para entender el interés de (su) clase y la naturaleza de la lucha en la que está envuelto cortará de una vez para todas (sus) relaciones con los dos.”
– Eugene Debs, antiguo dirigente del Sindicato Norteamericano de Ferrocarriles y candidato presidencial del Partido Socialista

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